21-01-2006 por Maquena
Lo sucedido en el Pabellón Municipal de Castalla el pasado sábado, es uno de esos hechos que se recuerdan con el paso de los años como anécdotas imposibles y que al contarlas, más de uno ni siquiera se las cree. Visitaba el municipal de Castalla, el C.B. Callosa, un equipo muy serio, 2º en la clasificación y con posibilidades serias de ascender. Los de Aparicio, esperaban este partido desde hacía mucho tiempo, ya que en la primera vuelta, se les había escapado un partido que tuvieron en la mano y querían devolverles la moneda a los de la Vega Baja. El partido empezó con Raúl Montilla y Bodí, demostrando que el contraataque para ellos no tiene ningún secreto y fruto de dichos contraataques se alcanzaban las primeras ventajas para los locales (15-3 en el minuto 7).
Pero todo esto fue un espejismo. Los locales empezaron a relajarse creyendo que el partido estaba ya en clara ventaja, lo que hizo que se llegase al descanso con 5 puntos de ventaja para los visitantes (25-30). La afición se preguntaba como un equipo podía cambiar tanto en tan poco tiempo y Aparicio, el entrenador local, no daba con la fórmula para contrarrestar el efectivo juego exterior visitante, y los cambios de defensa no surtían el efecto deseado. El inicio del tercer cuarto, hizo que los locales ajustasen más su defensa, pero los visitantes seguían estando muy efectivos en ataque llegando al minuto 27 con el marcador en clara ventaja para los de Callosa por (38-52). Y he aquí el punto de inflexión o el inicio de nuestra historia. Hay una clara personal de Pepe que el árbitro consideró intencionada, pero la posterior reacción del jugador visitante acaba con la técnica descalificada a Álvaro, que tiene que abandonar la pista. Este hecho parece despertar al público que empieza a abuchear cada ataque visitante y se convierte en pieza clave de la remontada. Al final del tercer cuarto, el marcador seguía muy claro para los visitantes (43-57).
Con el comienzo del último cuarto, Aparicio ordena un ajuste defensivo con presión a toda la pista, y los jugadores se entregan como nunca. Uno tras otro, los robos de balón se van sucediendo y las canastas locales van estrechando poco a poco el marcador. Y por fin llega el éxtasis. Una serie de 5 triples consecutivos sin fallo dan la delantera a los locales en el marcador mientras ven como el entrenador visitante, con 2 tiempos muertos, lo intenta todo para poder parar a sus jugadores. Los locales no bajan el nivel defensivo hasta el final del partido. Resultado: un parcial de (40-13) que lo dice todo y da la victoria y el basketaverage a favor de los locales en caso de empate a puntos.
Pepe, Bodí, Héctor, Mole, Raúl... destacar a alguien en ese último cuarto es imposible. Los jugadores que estaban en pista fueron los artífices, pero el banquillo levantándose en cada canasta y cada defensa, la afición empujando como nunca y creyendo en la remontada ..... Un coctel explosivo que deja a los locales empatados en el segundo puesto de la clasificación.
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